6 mayo 2024

Instalaciones de secado de madera resinosa y latifoliada

El abeto, el pino, el abeto Douglas y el alerce son algunas de las principales maderas resinosas, todas ellas pertenecientes a la familia de las coníferas. Estas maderas representan uno de los recursos naturales más importantes utilizados en la industria maderera, al que dedicamos más detalles en este artículo.

Las características de la madera de coníferas, desde la resistencia hasta los usos

Las coníferas pertenecen a la familia de las Gimnospermas y son árboles caracterizados por hojas cónicas en forma de aguja. La madera que se obtiene de ellas tiene una serie de propiedades  que la hacen valiosa e ideal para diversas aplicaciones:

  • Ligereza: la madera de coníferas es conocida por su ligereza, un factor decisivo en todos los contextos en los que el peso debe evaluarse cuidadosamente. Esta característica la hace ideal para la construcción de casas, prefabricados y barcos.
  • Estructura: la madera de conífera tiene un grano fino, es decir, una anchura media de crecimiento de los anillos anuales muy estrecha, lo que la hace especialmente resistente y adecuada para cortar, dar forma y lijar con facilidad. De hecho, la madera de coníferas se utiliza en la fabricación de muebles, suelos y revestimientos.
  • Resistencia a la compresión y a la flexión: aunque es muy ligera, la madera de coníferas es muy resistente a la compresión, lo que la hace especialmente adecuada para estructuras con cargas muy pesadas, como vigas y pilares.
  • Conductividad térmica: la baja conductividad térmica de la madera de coníferas se traduce en un buen aislamiento térmico, por lo que también es la madera ideal para la fabricación de marcos de ventanas.
  • Durabilidad: con un mantenimiento adecuado, la madera de conífera es perfectamente resistente a la intemperie y a la acción de insectos, hongos y moho.

Todas estas características pueden mejorarse mediante tratamientos químicos y térmicos, y los sistemas de secado de la madera cumplen precisamente estos requisitos. Una vez tratada y procesada, la madera de conífera puede utilizarse en una amplia gama de aplicaciones:

  • Construcción edilicia: en la industria de la construcción, la madera de coníferas es el material ideal para la construcción de vigas, armazones, pilares, suelos y revestimientos.
  • Muebles y diseño: la versatilidad de uso y la facilidad de elaboración hacen que la madera de conífera sea perfecta para la producción de muebles.
  • Embalajes: la alta resistencia a la compresión hace que la madera de coníferas sea ideal para la fabricación de cajas y palés para el transporte de mercancías.
  • Producción de energía: algunas especies de madera resinosa se utilizan como biomasa para la producción de energía.

En conclusión, la madera de coníferas es un recurso versátil y valioso por sus características únicas y su amplia gama de usos. Su ligereza, resistencia y facilidad de elaboración la convierten en una opción popular en muchos contextos de fabricación, desde la construcción al mobiliario, desde el embalaje a la generación de energía.

Diferencias entre coníferas y latifoliadas 

Las coníferas suelen asociarse (y confundirse) con otra gran familia de especies vegetales: las latifoliadas. Sin embargo, difieren principalmente en el tipo de hojas, la fisiología y el tipo de madera que producen.

Coníferas

Las coníferas son en su mayoría plantas altas que pueden superar los 100 metros de altura. Deben su nombre a la estructura escamosa y en forma de aguja de su follaje, que les permite soportar incluso los climas más duros y secos. De hecho, las hojas son perennes y, a excepción de unas pocas especies, tienden a persistir en el tiempo sin caer en invierno. Sus frutos son las clásicas piñas o conos, en cuyo interior se encuentran las semillas «desnudas» de las que toman su nombre «Gimnospermas» (literalmente «semilla desnuda»).

Al crecer en altura, las coníferas adoptan la clásica forma triangular, pero también hay especies como el enebro y el pino enano que tienen forma de arbusto y crecen en anchura. La combinación de todas estas características da como resultado una estructura de madera simple y uniforme con fibras largas, lo que la hace ideal para usos como la construcción de edificios y la fabricación de papel. Por lo general, la madera de conífera es muy ligera, resistente y tiene una densidad muy baja.

Latifoliadas

Las latifoliadas tienen características casi opuestas a las de las coníferas. Hablamos de los árboles y arbustos más extendidos del mundo, cuyos orígenes son mucho más antiguos que los de las formas de aguja. La primera gran diferencia con estas últimas radica en las hojas, que ya no tienen forma de cuña, sino que son muy grandes y desarrolladas. Aunque hay latifoliadas con follaje perenne, la mayoría de las especies tienden a caer en la estación invernal. Las semillas están contenidas y protegidas dentro de los frutos tras la transformación de las flores, por lo que las latifoliadas pertenecen a la familia de las «Angiospermas» (literalmente «semilla protegida»).

En comparación con las coníferas, la madera las latifoliadas tiene una estructura más compleja. Se caracteriza por tener fibras más cortas y abundantes vasos para transportar el agua y los nutrientes. Por estas razones, la madera que se obtiene de ellas es especialmente adecuada para trabajos de carpintería fina, como la fabricación de muebles e instrumentos musicales.

Nuestras soluciones para el tratamiento térmico de la madera de conífera

En Incomac, hemos desarrollado y diseñado instalaciones de secado adecuadas para el tratamiento de cualquier especie de madera. Nuestras soluciones pueden adaptarse a las necesidades específicas del cliente, ofreciendo una amplia gama de opciones entre el método de alimentación y el proceso de secado. Además, nuestro departamento de investigación y desarrollo idea constantemente nuevas tecnologías para mejorar la funcionalidad y el rendimiento de nuestras instalaciones, con el objetivo último de optimizar el consumo y los procesos, y reducir el impacto medioambiental.

Para el tratamiento de maderas resinosas y de las latifoliadas, disponemos de una amplia gama de sistemas:

  • Secado convencional ICD: alimentado con fluido térmico, la madera se calienta mediante intercambiadores de calor con tubos de aletas bimetálicos. El intercambio de aire se realiza mediante compuertas motorizadas.
  • Secado convencional TAG: el calentamiento es directo, sin necesidad de una caldera externa, ya que las cámaras ya incluyen un quemador. Esta solución es un equilibrio perfecto entre rendimiento y eficiencia de consumos.
  • Secado convencional IDV: el calentamiento se produce mediante un proceso de disipación viscosa, es decir, generando energía térmica a través de la velocidad del aire generada por los ventiladores.
  • Secado por condensación MAC: el calentamiento se realiza mediante una bomba de calor, lo que permite aprovechar al máximo el sistema de refrigeración de la máquina y reducir al mismo tiempo el consumo de energía.

Además de estas soluciones principales, en Incomac también hemos desarrollado sistemas para el pretratamiento de la madera, sistemas de vaporización y tratamiento a alta temperatura en de conformidad con la normativa NIMF15. La experiencia y profesionalidad de nuestros equipos también nos permiten idear y diseñar sistemas especiales que se adaptan a cualquier sector y necesidad.

Póngase en contacto con nosotros: ¡estamos dispuestos a encontrar la mejor solución para su empresa!


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