6 mayo 2024

Secado de vigas de madera y vigas de madera laminada

Se ha creado un verdadero corpus de conocimientos sobre la creación y los usos de la madera laminada, que ha revolucionado el mundo de la construcción. Las principales contribuciones en este sentido procedieron principalmente de tres ingenieros italianos, el pionero Franco Laner, Attilio Marchetti Rossi y Angelo Micheletti, que definieron las aplicaciones de este tipo particular de vigas en la industria de la construcción y la forma de diseñar obras estructurales de madera laminada, acumulando conocimientos que tienen claras influencias prácticas incluso hoy en día.

Pero todos estos conocimientos no habrían existido sin el secado. De hecho, si reducimos todo el asunto a un nivel puramente práctico, el proceso de curado es fundamental para obtener una viga de madera laminada: sus componentes, para encolarse y resistir el paso del tiempo, deben contener unos niveles de humedad específicos, a los que solo puede conducir el secado. Analicemos, pues, las características de la madera laminada, centrándonos en la importancia de un secado adecuado en su origen.

La madera laminada, sus usos y características

La madera laminada es un material estructural compuesto, esencialmente de madera natural, de la que conserva los méritos más reconocidos (elevada relación entre resistencia mecánica y peso, combustión lenta en caso de incendio), pero que, al mismo tiempo, derivando de un proceso tecnológico de encolado por presión, elimina los defectos más comprometedores de la madera maciza. Se obtiene reduciendo el tronco en láminas, es decir, en tablas de madera destinadas a usos estructurales, con una anchura máxima de 20 mm, que luego se encolan con vetas opuestas (estratagema que confiere a la viga una cierta uniformidad en la distribución de la resistencia). Las especies de madera más utilizadas para este fin son las coníferas (picea, abeto, alerce, pino), pero no es raro encontrarse con algunas latifoliadas   (castaño y roble sobre todo).

El resultado del proceso industrial de encolado, que a todos los efectos da lugar a la madera laminada, es una viga de sección rectangular, en la que la relación entre la base y la altura está decididamente desequilibrada hacia esta última. Gracias a su procedimiento de realización y a su particular estructura, presenta las siguientes ventajas:

  1. Resistencia a la flexión y a la tracción.
  2. Ligereza.
  3. Versatilidad de uso.
  4. Capacidad de aislamiento significativa.
  5. Alta tolerancia a la intemperie y a los cambios de temperatura.
  6. Excelentes propiedades antisísmicas gracias a su elasticidad.
  7. Bajo impacto medioambiental y reciclabilidad.
  8. Resistencia absoluta al fuego (¡incluso superior a la del hormigón armado!).

Está claro que, con todas estas peculiaridades, la madera laminada se presenta como un material capaz de marcar la diferencia en muchos aspectos. En concreto, los principales usos a los que se destina son la construcción: en este contexto, puede incluso sustituir al cemento armado, combinando, a su dura resistencia, una ligereza que permite un ahorro considerable en los costes de transporte (¡pesa un 80% menos que el cemento armado!). Por ello, la madera laminada se utiliza de muy diversas formas en el sector de la construcción:

  • para estructuras ligeras como bungalows, cenadores, toldos y casetas;
  • para la renovación de suelos, entreplantas y techos de diversos tipos;
  • para viviendas de bajo consumo energético;
  • para edificios destinados a viviendas civiles;
  • para grandes vigas destinadas a la cubierta de grandes estructuras (centros deportivos y comerciales, escuelas, auditorios, teatros, etc.);
  • para la construcción de marcos de ventana y escaleras ligeras.

El uso de los secaderos para garantizar la calidad y la capacidad

La madera laminada, para llegar a los asombrosos objetivos que puede proporcionar, comienza su andadura desde el mismo punto desde el que comienza cualquier tipo de madera utilizada por el ser humano: el secado. Este proceso -siempre es bueno recordarlo- es el verdadero motor del mercado de la madera, porque la madera, tal y como se encuentra en la naturaleza, no puede utilizarse para fines antrópicos: primero hay que eliminar gran parte del agua que contiene, de lo contrario, surgen graves problemas de resistencia y durabilidad. El secado se ocupa precisamente de eliminar el exceso de humedad en las distintas especies de madera.

En este sentido, es evidente que los secaderos, máquinas capaces de realizar artificialmente el secado en mucho menos tiempo que el curado natural, adquieren un papel fundamental. En el caso de la madera laminada, para fabricar tablas con los requisitos estructurales necesarios para el posterior proceso de encolado industrial, las instalaciones deben tratar el material de forma que alcance una humedad interna de entre el 7 y el 16%. Después, como el contenido de humedad no es regular dentro de la misma tabla, hay que dejar reposar las láminas durante dos o tres días: solo entonces alcanzan los altos niveles de calidad para pasar a la línea de elaboración.

Nuestras instalaciones de secado

Incomac también dispone de soluciones congeniales para el secado de madera laminada. Estas son nuestras instalaciones que mejor pueden procesar este tipo de material:

  1. IcdEsta máquina debe ser alimentada por un fluido térmico (agua caliente, agua sobrecalentada, aceite térmico o vapor) y utiliza el calentamiento de la caldera para proceder: mediante esta acción combinada fluido-caldera, se garantiza la rapidez de los ciclos de secado.
  2. TagSe trata de un secadero por calentamiento directo con quemador que, entre sus ventajas cuenta con la facilidad de mantenimiento y la adaptabilidad a ciclos cortos de tratamiento térmico, gracias al rápido aumento de temperatura en la cámara.
  3. IdvNo necesita ninguna instalación de calefacción para llevar a cabo el proceso de secado, ya que genera calor mediante un procedimiento de disipación viscosa. De este modo, no se producen emisiones contaminantes.
  4. Mac_HybridDe las instalaciones que realizan un secado tradicional pasamos a las instalaciones por condensación, con los que esta maquinaria utiliza la energía eléctrica y la energía térmica con la máxima eficiencia, reduciendo las emisiones atmosféricas en un 50% y el consumo térmico en un 30%.
  5. PreLa madera laminada también puede tratarse en nuestras instalaciones de presecado que, trabajando a bajas temperaturas (30/35°), preservan sus propiedades fundamentales.

 

 

 

 

 


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